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Bugaboo

Bugaboo

Bugaboo es la marca de cochecitos que te permitirá desplazarte con un diseño innovador y revolucionario. Fundada en 1999 por el diseñador Max Barenbrug y doctor Eduard Zanen, la marca diseña cochecitos de alta gama. Cada modelo presenta unas características concretas para adaptarse a las distintas edades de los bebés y al estilo de vida de los padres. El Bugaboo Caméléon 3+ es el mítico todo en uno. El Bugaboo Bee 6 está pensado para los padres que viven en la ciudad y que disponen de poco espacio. El Bugaboo Donkey 5 es ideal para gemelos y, además, puede adaptarse a dos bebés de distintas edades. Y el Bugaboo Fox 3 es un todoterreno que se maneja a la perfección. Por último, descubre el nuevo Bugaboo Butterfly, el cochecito de ciudad que se pliega en un segundo. ¡Auténticos cochechitos de competición disponibles en Smallable!
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interview
 

Madeleen Klaasen

Directora de marketing de Bugaboo

Bugaboo es mucho más que una simple marca de cochecitos. Es un concepto que combina varios elementos: la facilidad de uso, un diseño muy estudiado y una estética moderna. Max Barenbrug, apasionado desde bien pequeño por las ruedas, los coches y la movilidad en general, creó el primer cochecito en 1994. Fue su proyecto de fin de carrera y, desde entonces, no ha dejado de innovar. Es muy perfeccionista y siempre trata de ir más allá. Se preocupa mucho por facilitar el día a día de los padres, pero sin dejar de lado el estilo. Madeleen Klaasen, directora de marketing de la empresa desde hace casi 15 años, está encantada de formar parte de esta aventura en la que el diseño es tan importante como la comodidad de los niños. En Bugaboo todo se hace respetando la personalidad de los padres, para quienes los paseos con el cochecito se convierten en un auténtico placer de la rutina diaria. 



La marca se creó después de que Max Barenbrug diseñara en 1994 un cochecito para presentarlo como proyecto final de sus estudios en la escuela de diseño Design Academy de Eindhoven (Países Bajos). ¿Cuál era su idea entonces?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que desde pequeño estuvo rodeado de niños. Tenía cuatro hermanas. Por otra parte, tenía una gran pasión por las ruedas: cuando iba por la calle las observaba, y siempre iba en moto o en skate. Max estaba obsesionado por la idea de ir desde un punto A a un punto B, de sentirse libre y de experimentar sensaciones por el camino. En realidad tendría que haber estudiado empresariales, pero eso no le gustaba mucho, así que finalmente decidió matricularse en una escuela de diseño. ¡Otra forma de hacer negocio! Al fin y al cabo, tenía que hacer lo que le dictara su corazón. Le encantaba la idea de reflexionar sobre conceptos que pudiesen cambiar el día a día de las personas. Observaba a la gente por las calles de Ámsterdam, donde vivía, y se daba cuenta de que había muchos problemas que tenían solución. Muchos iban en bici y también había madres con cochecitos. Fue entonces cuando se dijo que, si alguna vez era padre, le gustaría poder llevar un cochecito del que se sintiese orgulloso. Para su proyecto, se centró principalmente en padres y en personas activas y deportivas   con la esperanza de que la gente cambiara su opinión sobre este tipo de producto.

¿Cómo estaba el mercado de los cochecitos por aquel entonces?

Hace 20 años, la industria de los cochecitos no se interesaba ni lo más mínimo en el diseño, y Max veía que la gente "luchaba" porque no eran prácticos ni cómodos para los niños ni los padres. Para él esto era un problema que había que solucionar. Entonces, Max no tenía ni idea del alcance que llegaría a tener su proyecto, ni tampoco de que estaba creando una nueva marca. Él simplemente quería mejorar la vida de la gente.

 


¿Desde cuándo es directora de marketing de Bugaboo?

Ahora hace 14 años. En su momento fui la número 8. Antes de sumarme al proyecto Bugaboo estuve trabajando en Nike durante 7 años. Yo siempre digo que mi tarea consiste hacer explícito lo que está implícito en la cabeza de Max. Es un proceso largo y trabajamos realmente codo con codo. 

¿Cuáles son las fechas clave de la historia de Bugaboo?

En 1999 abrimos tienda en los Países Bajos y en Bélgica. Y luego en España, en Reino Unido y en el resto de Europa. En 2002 tuvimos una oportunidad de oro: los cochecitos Bugaboo salieron en la serie Sexo en Nueva York. Teníamos a alguien que viajaba a Los Ángeles y que conocía a gente de HBO. En la serie, el personaje de Miranda iba a tener un bebé en la siguiente temporada, así que les enviamos unas fotos y nos dijeron que querían uno de nuestros cochecitos. Esto fue un gran trampolín para nosotros porque nos permitió distribuir los Bugaboo en Nueva York al año siguiente. Además, esta experiencia sirvió para que nos empezaran a tomar en serio en Estados Unidos. De hecho, fue el éxito que cosechamos en este país lo que nos ayudó a darnos a conocer en Europa. Fue a partir de entonces que Bugagoo se convirtió en una marca internacional. En 2008 vivimos otro momento histórico  porque tuvimos que hacer frente a una época de recesión y, para superarla, tuvimos que tomar una decisión: ¿queríamos vender todo rápidamente o invertir en un producto nuevo, el Bugaboo Donkey? Finalmente, nos decantamos por desarrollar otro modelo,  invertimos una gran cantidad de dinero en el proyecto y en 2011 conseguimos aumentar rápidamente el volumen de negocio. Para nosotros fue una experiencia muy bonita que nos puso a prueba y nos enseñó que creer en uno mismo y ser fiel a las propias convicciones es muy importante.

¿Puede decirnos de dónde viene el nombre de Bugaboo?

Max tenía que ponerle un nombre al producto de su proyecto final de carrera. Para elegirlo, se puso a buscar en un diccionario y encontró la palabra bugaboo, que se refiere al coco, a ese ser imaginario que asusta a los niños. Le pareció que la palabra podía funcionar en el mercado y que tenía un punto rebelde y, además, vio que encajaba con la idea de hacer las cosas de forma diferente. Por otra parte, pensó que podía usarse como nombre internacional.

Y el logo de Bugaboo, ¿de dónde salió?

El logo que eligió para su proyecto final de la escuela de diseño era diferente. Cuando yo llegué a la empresa, pensamos juntos en algo que sugiriera movilidad. Max quería algo que representara esa idea y que no fuera tan simple como el primero. Él siempre veía círculos por todas partes, la noción del movimiento continuo. Eso y la imagen de los créditos iniciales de James Bond. Finalmente, conseguimos un mejor diseño del logo, más maduro y artístico.
 


¿Cómo definiría el ADN de Bugaboo en pocas palabras?

Lo que tenemos claro es que queremos lo mejor para los niños, pero también hay que pensar en el diseño para los hombres y para los padres en general. Ellos también quieren sentirse cómodos y libres,  para ellos llevar un cochecito no tiene que suponer una carga y  no tienen por qué preguntarse: ¿y cómo salgo yo con esto a la calle?  o : ¿cómo voy a la nieve así? Max quiere que los padres se sientan orgullosos. Podríamos describir la filosofía de Bugaboo en tres palabras: astucia –un diseño complejo para un resultado sencillo–, entusiasmo –queremos que los padres estén contentos con su cochecito para que tengan ganas de salir a pasear con sus hijos– y pragmatismo –queremos hacer las cosas de la forma más sencilla posible, no cualquier cosa, y que todo esté integrado.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

El marketing me encanta, pero solamente cuando trabajo con empresas que realmente sienten pasión por lo que hacen y tienen experiencia con los clientes. Y el diseño me gusta muchísimo. No tengo hijos, así que cuando Bugaboo vino a buscarme y me dijo que fabricaban cochecitos, dudé un poco. Pero finalmente fui a verlos y Max me explicó su concepto de la movilidad. Me enseñó productos y las distintas posibilidades que tenían, y también me habló de la innovación, el diseño y el estilo que podían ofrecer. Vi que se trataba de algo genial para madres y padres de todo el mundo. Hasta yo me enamoré de los cochecitos Bugaboo. Sabía que aquello era algo distinto, era la complejidad en su forma más sencilla. Fue hace 15 años cuando realmente marcamos la diferencia. Ser padres es fantástico, pero cuando tenemos hijos no queremos dejar de ser nosotros mismos,  y Bugaboo le prestó atención por primera vez a los padres. También hemos trabajado con diseñadores de moda, por eso salimos en la revista de ELLE en 2005. Las revistas de diseño y de economía también se interesaron por nuestra marca.

¿Y cómo es que han colaborado con diseñadores de moda?

A la mayoría de diseñadores les gusta el diseño y el estilo de vida de Bugaboo. Nosotros simplemente seguimos la moda de los padres que quieren macar su propio estilo. Por ejemplo, hemos trabajado con Missoni,  una firma conocida por sus plumas y estampados que supieron trasladar muy bien a los Bugaboo. Y también diseñamos con ellos una manta de lana. Lo cierto es que supieron captar muy bien nuestra esencia creativa. Trabajar con Viktor y Rolf fue como abrir una nueva puerta, ya que  añadieron elementos divertidos, como los tatuajes. Ellos quisieron imaginar tres historias diferentes, pues lo más importante es contar una historia. Y nosotros les seguimos.

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?

Tenemos un montón de ideas, pero desarrollar los conceptos nos lleva mucho tiempo. A Max le encantan los coches, sobre todo los Mercedes. Podría pasarse horas y horas explicando por qué le gustan tanto. Piensa que con el paso de los años han sabido crear como ninguna otra marca nuevos elementos. Otra gran fuente de inspiración para nosotros es Frank Lloyd. Fue él quien diseñó el edificio de Johnson & Johnson en 1939. Tenía una imagen muy precisa de lo que quería,  y le funcionó. La clave está en no abandonar nunca el concepto en el que creemos. Nosotros tratamos de hacer posible lo imposible. Max siempre rebasa los límites. La principal inspiración es creer en uno mismo. Si es bonito pero no funciona, no le gusta y viceversa. Es por eso que crear nos lleva tanto tiempo.

¿Cuáles son los productos más vendidos de Bugaboo?

Hasta ahora, nuestro producto estrella es el Bugaboo Cameleon. Las ventas no han dejado de aumentar desde que salió al mercado. Después lanzamos el cochecito Bee y todos los demás. Pero no es una cuestión de moda, todos los productos evolucionan. Nos esforzamos al máximo para hacer hacer el mejor diseño posible a partir de la idea que tenemos en la cabeza. Queremos que los cochecitos Bugaboo sean duraderos. El resultado es su valor final, una buena inversión. Eso es lo que más me gusta de este producto, que es de gran calidad. Tenemos un montón de historias magníficas de Bugaboo como, por ejemplo, de distintos niños que han usado el mismo cochecito o de gente que lo vende por eBay para darle una segunda vida.

 


¿Hay un cochecito para cada ciudad?

Lo bueno de nuestros productos es que son internacionales. El Bugaboo Bee es el que mejor funciona en el mercado asiático porque allí la gente vive principalmente en ciudades y en apartamentos. En los países nórdicos se vende muy bien el Bugaboo Buffalo porque es muy práctico para la nieve. Y en París también vemos que hay muchos Bugaboo Bee. En Asia gustan más los colores vivos y en Reino Unido todo lo contrario. En el futuro podremos diseñar un cochecito específico para cada tipo de ciudad.

Su sede está en Ámsterdam. ¿Puede hablarnos de la sociedad?

Nos desarrollamos muy rápido. Ahora mismo trabajamos con 84 diseñadores e ingenieros. En nuestra sede hay 325 personas y vendemos en 49 países. Tenemos oficinas en Francia, Los Ángeles, Reino Unido, Shanghái, etc. Nos resulta agradable poder tener nuestra propia fábrica en cada país.

Han creado Bee In The City, una plataforma para que la gente pueda enviar fotos de sus cochecitos. ¿Era importante para ustedes tejer una buena relación con sus clientes?

Observamos mucho en la calle y también nos fijamos en nuestros clientes. La gente se inscribe en esta plataforma y nos hace preguntas, lo que nos permite tener una visión general y desarrollar nuevos productos. Con Bee In The City, lo que queremos es identificar lo que hacemos bien, ayudar y responder a las necesidades que tengan nuestros clientes. Nos envían fotos, anécdotas, etc. Podemos percibir el entusiasmo de la gente a través de Facebook, Instagram y demás redes sociales. Es gente con estilo de la que también aprendemos y que nos inspira mucho. Además, en esta plataforma, todo el mundo puede crear su propio Bugaboo: elegir el asiento, el diseño... Debemos ir cada vez más en esta dirección. Anticiparnos a lo que los clientes quieren es una forma de mostrarnos competentes con ellos. 

¿Cuál es el lema de Bugaboo?

Tenemos varios. En realidad se trata de mejorar la vida de todos los que utilizan los Bugaboo, así que digamos que un lema podría ser "Conseguimos que la gente se mueva libremente por el mundo". También decimos que creamos "un nuevo concepto de movilidad", que es un proceso largo. Y, por último, yo diría: "Viva la seguridad en uno mismo", porque siempre debemos creer en nosotros.

¿Qué proyectos nuevos tienen?

En septiembre de 2016 sacamos al mercado un nuevo producto. Nada que ver con los cochecitos, pero sí con la idea de movilidad. Lo veremos en todos los lugares públicos y estamos seguros de que va a cambiar el día a día de las personas. Estoy hablando del revolucionario sistema de equipaje Bugaboo, muy innovador y con el que la gente volverá a descubrir el placer de viajar.

¿De qué se siente más orgullosa?

De nuestro rendimiento y de que conseguimos marcar la diferencia en la vida de las personas. No tengo hijos, pero soy abuela desde hace dos años. Uso el Bugaboo Donkey y salgo a correr con él  porque forma parte de mí, de quien yo soy. Es realmente genial poder adoptar el papel de madre y seguir siendo uno mismo.
 

Descubre todos nuestros modelos –Bugaboo Bee 5, Bugaboo Donkey, Bugaboo Cameleon
y Bugaboo Buffalo– en línea o en nuestra concept store de París: 81, rue du Cherche-Midi – 75006 París (Francia).

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Modelo Bugaboo Dragonfly

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